Se trata de un sector clave para el presente y futuro económico de España y de la Unión Europea, que persigue alcanzar una autonomía y soberanía en materia de chips que reduzca/elimine la dependencia de los actores actuales.
La venta de semiconductores en el mercado europeo alcanzó la cifra record de 53.809 millones de dólares en 2022 (12,3% más), según la ESIA.
Dada la importancia geoestratégica de estas piezas de silicio, el aumento exponencial de la demanda y el su impacto económico en la sociedad digital es fundamental crecer e innovar en este ámbito. Una labor que por su dificultad y alta inversión requiere de la colaboración público-privada.